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Aunque la sal es el condimento indispensable en casi todos nuestros platos, lo cierto es que la sal blanca que hay en la mayoría de las despensas de nuestro país no es nuestra única opción.
Hay muchos tipos de sal en el mercado. Escamas, cristales, flores de sal con diversos colores: rosas, grises, negras, blancas. Especiadas, ahumadas, con todos dulces. Procedentes del mar, de la montaña, de las rocas, de diferentes lugares del mundo.
Lo cierto es que no solo tienes la opción de elegir entre sal gruesa o gorda y sal fina. Hay muchas más opciones y cada una tiene su propio uso. Aprende hoy con nosotros cómo distinguir los distintos tipos de sales y cómo sacar el máximo provecho de cada uno.
Diversos tipos de sales
Se considera sal a los compuestos químicos que están conformados por minerales. Conforme al Real Decreto 1424/1983 la sal es un producto cristalino que está compuesto por cloruro de sodio fundamentalmente a una proporción que lo hacen apto para el consumo humano. Es a esto a los que llamamos sal comestible o sal a secas.
Cómo ya lo mencionamos, existen muchos tipos de sales comestibles, siendo las más conocidas:
Sal de mesa
La sal blanca y refinada es la que se encuentra en la mayoría de los hogares españoles y que todos conocemos. Este tipo de sal proviene de la tierra o de las rocas. El 95% de su composición es cloruro de sodio.
En el otro 5% se reparten la proporción minerales como el yodo, el magnesio y el calcio, siendo el aporte de estos minerales sumamente mínimo. Se utiliza para preparar multiplicidad de platos por su sabor básicamente salado.
Sal marina
La sal marina a diferencia de la sal de mesa, se obtiene directamente de la evaporación del agua del mar. En los supermercados pueden encontrarse en diferentes presentaciones. Podrás verla como sal marina fina, molida o en escamas. Podrás diferenciarla de la sal de mesa porque su color es más grisáceo que el de ésta.
Su sabor salado pero su composición de sodio es menor que el de la sal de mesa. Su proporción es del 90%. Sin embargo, como en el mar podemos encontrar calcio magnesio y potasio, de una forma natural estos minerales se adhieren a la composición nutricional de la sal marina.
Al igual que se usa la sal de mesa, la sal marina puede formar parte de cada uno de nuestros platos para condimentarlos. Su presentación en escamas se utiliza más que todo para decorar preparaciones como un toque final. En la comida japonesa es un ingrediente fundamental para preparar sus platillos más importantes, como es el caso del miso.
Flor de sal
Aunque la flor de sal en cierta forma deriva de la sal marina, se obtiene de manera muy diferente. Este tipo de sal se toma o se recoge de una capa muy delgada de sal que se forma en la superficie de las balsas en las que se deja reposar el agua de mar. Esta manera de producirla hace que su aporte nutricional sea muy diferente al tipo de sal anterior.
La flor de sal se cosecha manualmente, no se refina y no se le añaden aditivos químicos. De hecho, su contenido de cloruro de sodio no debe superar el 92,9%, pues, de lo contrario ya no se denominaría flor de sal. De igual modo, su contenido en minerales como el calcio, el potasio y el magnesio es menor.
Una de las características de la flor de sal es que se disuelve fácilmente con la humedad. Es por ello que se utiliza principalmente como el toque final de los alimentos, al igual que se hace con la sal de escamas.
Sal yodada
Cuando las personas no consumen el yodo necesario, comienzan a padecer una serie de enfermedades que por supuesto desmejoran la calidad de vida del individuo. La sal yodada es aquella a la que se le añade yodo y se obtiene sobre todo de las rocas. Por esta razón se le considera una variación de la sal de mesa. La sal marina también contiene yodo, pero en cantidades mucho más inferiores que la cantidad que contiene la sal yodada.
Sal Fluorada
Este es un tipo de sal a la que simplemente se le añade flúor. Cuando se le añadió flúor, se hizo con el fin de enriquecer la dieta y contribuir con la prevención de las caries con este compuesto. Se emplea de igual modo que las otras sales y su distribución es mucho menor al de la sal yodada.
Sal Sanchal
También conocida como sal negra de la India, es una sal no refinada, que posee un sabor sulfuroso bastante fuerte. Este sabor se debe a los compuestos de azufre que posee esta sal mineral.
Este tipo de sal, como su nombre lo indica, proviene de la India, pero su color no es negro realmente, más bien se torna en un tono gris rosáceo. Esta tonalidad se debe a su origen, pues la sal sanchal tiene un origen volcánico.
En su composición nutricional encontramos el cloruro de sodio en algunos caso, y en otros el cloruro de potasio. Si la sal sanchal que encuentras en tu tienda gourmet está compuesta de cloruro de potasio, déjame decirte que ésta es la más excelente opción para quienes sufren de hipertensión o diabetes. Ya que en esos casos su aporte de sodio es muy bajo.
De igual modo podremos encontrar en sus granos algo de hierro, compuestos sulfurosos y trazas de varios minerales más. Es una sal particularmente fina, su textura es similar a la del polvo y no posee olor alguno. Al igual que las sales anteriores se utiliza en diversidad de platos, pero, a diferencia de estas, es mucho menos accesible que todas las demás.
Sal negra en escamas
Este tipo de sal es muy vistosa por su llamativo color negro, y, sumado a su forma de escamas, suele utilizarse más que todo para decorar platos. También para condimentar ensaladas y ciertas preparaciones con verduras.
Su color se debe a que está combinada con carbón activo, compuesto dotado de muchas y valiosas propiedades. Debido a este color y a su composición, mancha las manos al tocarla. Su sabor es igual al de la sal marina, lo que nos indica que es una sal rica en sodio.
Sal del Himalaya
En las simas del valle del Punjab, en el Himalaya, se procesa una sal sin refinar llamada sal del Himalaya. Una sal de color rosado y con partículas de gran grosor que deben ser pasadas por un molinillo antes de utilizarla.
De no tener un molinillo, no te preocupes, la podéis disolver en agua. Posee un contenido elevado de sodio, superando el 98% de su composición nutricional. En cuanto a sabor, no se distingue en gran manera de las sales anteriores.
Cuidado con el excesivo consumo de sal
La Organización Mundial de la Salud lleva años advirtiendo acerca de las consecuencias de excederse en el consumo de sodio. La sociedad española excede en su mayoría la ingesta de 6 gramos diarios recomendados. Muy probablemente porque desconoce que ya la mayoría de los alimentos contienen sodio de por sí,y, sumado a lo que se añade en su momento de preparación y posterior a este, la mayoría de las personas termina consumiendo entre 10 y 12 gramos de sal al día.
Por supuesto, este consumo excesivo de sal aumenta el riesgo de sufrir enfermedades como la , pero también aumenta la tasa de obesidad en el país, agravando la condición de las personas con sobrepeso y obesidad.
Cualquier tipo de sal que se consuma ha de hacerse conscientemente y en la medida justa para cuidar de nuestro bienestar y salud. Escoge para tu mesa la más gustosa y la más natural.