Índice
Desde épocas remotas el licor ha sido parte de la vida. Se utilizaban en celebraciones y rituales de todo tipo y también como pociones amorosas y remedios medicinales.
Por eso tenemos esta necesidad de conocer y probar licores buenos, que nos deleiten en todos los sentidos. Hemos escrito este post para ti que quieres conocer más sobre los licores. Sigue leyendo y descubre su origen y cuantos tipos de licores hay.
¿Qué es un licor?
Se considera licor a las bebidas alcohólicas que se obtienen a partir de la fermentación de cereales y frutas. Se obtienen por maceración, infusión o destilación. Los licores son considerados como tal cuando tienen un contenido alcohólico superior a 15º, ciertos licores pueden llegar a superar los 50º. Los licores se diferencian de los aguardientes por la cantidad de azucares y saborizantes que poseen.
Es interesante el origen de los licores, pues, los escritos le atribuyen a Hipócrates y a los ancianos de su época su creación. Pues en los documentos se lee que los ancianos destilaban hierbas y ciertas plantas por sus propiedades curativas. Por ello los licores se asocian a la medicina antigua.
Sin embargo, los licores tal y como hoy día se conocen, están más asociados a los monjes, físicos y alquimistas del siglo XIII, quienes se dedicaron realmente a prepararlos como remedios medicinales. Tras la peste negra, cobró auge la producción de estos “remedios medicinales” y se ganó mucho conocimiento sobre la destilación. A lo largo de los siglos se les conoció como elixires, bálsamos, aceites, hasta que fueron reconocidos como licores.
Fueron las clases nobles italianas las que continuaron su producción tras la superación de la pandemia. Y más tarde, gracias a Enrique II, Francia se convierte en el país potencia de la industria de los licores.
Ya en la actualidad es habitual acompañar las comidas con licores de calidad, y el abanico de sabores y aromas es sumamente amplio y para nada limitativo. Cada día puede nacer un nuevo licor.
Tipos de licores que existen
Hay diferentes maneras de clasificar los licores. Estos pueden ser categorizados por su composición, por su contenido de alcohol, por la proporción entre el alcohol y el azúcar que poseen, por su proceso de destilación y por su forma de elaboración.
Según su composición, los licores se clasifican en mixtos y simples. Se consideran mixtos cuando se emplean frutas o hierbas diferentes para su elaboración. Los simples se elaboran con base en una sola sustancia que le otorga ese toque característico al licor en específico.
Ahora bien, según la proporción entre el azúcar y el alcohol encontramos:
- Secos: 20/25% de alcohol y 12/20% de azúcar.
- Extra secos: hasta el 12% de azúcar.
- Finos: 30/35% de alcohol y 40/60% de azúcar.
- Dulces: 25/30% de alcohol y 22/30% de azúcar.
- Cremosos: 35/40% de alcohol y 40/60% de azúcar.
También se clasifican según el ingrediente principal con el que ha sido elaborado. Por ejemplo, el uso de únicamente un grano, o combinar por ejemplo el maíz, el trigo o el centeno es característicos de las bebidas espirituosas como el vodka, la ginebra o el whisky. De igual modo estos licores o bebidas espirituosas de grano neutro se utilizan como la base de otros muchos licores.
Por otra parte, la melaza es fermentada para obtener el ron, y el jugo puro de caña de azúcar es la base del cachaça. Los jugos que se extraen de la planta de agave dan lugar al tequila y al mezcal. Y las frutas fermentadas como las uvas, las manzanas, las cerezas y los albaricoques, al vino y al brandy.
Los licores populares como Chartreuse, Benedictine, Drambuie y Hpnotiq usan una amplia variedad de hierbas, especias, frutas e ingredientes botánicos que crean sus sabores característicos. En fin, existen muchos licores y no existen reglas que limiten la creación de otros nuevos. Lo importante es que al escoger un licor selecciones los de mejor calidad.