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Si estás buscando mejorar tu alimentación, optar por los cereales integrales es tu mejor opción. Pues, la cantidad de fibras extra que aportan a tu organismo no solo te hará sentir más satisfecho, sino que también mejorará tu salud intestinal desde el primer día que lo consumas.
Y aunque muchas son las opciones, hoy queremos presentarte un cereal integral muy similar al trigo, que aportará a tu organismo los nutrientes esenciales. Además lo podrás usar para preparar las más deliciosas recetas de bollería y panadería a la que seguro estás acostumbrado. Por ejemplo podrás preparar una versión más saludable, fácil, deliciosa de la muy conocida receta banana bread al muy estilo de Starbucks.
Pero antes, revisemos que es la espelta y cómo nos beneficia para que no pierdas más tiempo y la sumes a tu alacena.
¿Qué es la espelta?
La espelta, como ya se hizo mención, es un cereal bastante parecido al trigo que todos conocemos. Su color es crema y su textura es gruesa, con un olor muy marcado a cereal. Su nombre científico es Triticum spelta y es más antiguo que el trigo, pues se cultiva desde hace aproximadamente 7000 años.
Y, aunque a comienzos del siglo XIX, con el surgimiento de nuevas técnicas agrícolas, la producción de espelta se puso en pausa por lo costosa que resultaba, para los años 80 resurge en pequeños campos europeos y hoy día podemos disfrutar de este maravilloso cereal.
La mayor cualidad de la que goza la espelta es que no hay variedades que hayan sido modificadas genéticamente para ser más productivas. De hecho, la mayoría de la espelta que se adquiere en el mercado, proviene de pequeñas explotaciones agrícolas.
La espelta no es más que un grano recubierto por una cascara dura que hace más difícil molerlo en comparación con el trigo. Es por ello que quien la produce no está buscando producir grandes cantidades de este cereal.
¿Por qué es mejor la harina de espelta?
Si bien es cierto que el trigo y la espelta se parecen, ambos granos también tienen grandes diferencias. Este antiguo cereal para comenzar, brinda mayores beneficios nutricionales y también para la preservación del ambiente.
Tiene un valor nutricional superior
Entre las diferencias más importantes con las que separamos el trigo de la espelta encontramos su valor nutricional superior. Esto se debe a que la espelta, por lo costoso de su producción, no ha sido modificada genéticamente como el trigo.
Por ello, al conservar sus características originales, la espelta mantiene un perfil nutricional maravilloso. No solo brinda una fácil digestión gracias a sus cualidades antiinflamatorias. Su perfil proteico es también superior al del trigo.
Pues, la cantidad de proteínas que aportan es de 15% en comparación con el 10% que aporta el trigo. Además, como si esto fuera poco, la espelta posee los 8 aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita para funcionar bien.
La espelta posee también mayor cantidad del aminoácido conocido como lisina, lo que lo hace que la proteína que este grano aporta sea de mayor calidad biológica.
Ofrece una óptima digestión
Así también sucede con la fibra de la espelta, que en su mayoría es fibra soluble. Este tipo de fibra retarda la absorción de los carbohidratos. Esto es ideal para las personas diabéticas y para quienes desean bajar de peso.
De hecho, aunque la espelta también contiene gluten, la misma es mejor tolerada que el trigo a nivel digestivo. Es por eso que quienes regularmente presentan alergias al trigo, no presentan ninguna reacción alérgica cuando consumen espelta. Sin embargo es importante aclarar que no es apta para celíacos.
Esto se debe a que el gluten de la espelta posee una composición molecular diferente a la del trigo. Lo que la hace más frágil y soluble en agua. Pues, a diferencia de la espelta, el trigo ha sido modificado justamente para desarrollar un alto contenido de gluten a fin de producir productos horneados en masa.
Esta diferencia hace que el gluten que contiene la espelta se rompa en pedazos durante la masticación y la acción de mezcla. Así, las enzimas y los ácidos que se segregan durante la digestión, hacen más fácil la digestión porque forman un bolo.
El trigo por el contrario posee inhibidores de enzima para que las plagas no se proliferen en los cultivos. Estos inhibidores hacen que la digestión sea más lenta porque justamente se necesitan las enzimas para poder digerir bien el alimento.
El cultivo de este grano es más amigable con el medio ambiente
Otra diferencia importante entre el trigo y la espelta, es que esta última es más resistente y mucho más respetuosa con el medio ambiente. Esto se debe a que el trigo fue modificado para que no tuviese una cascara gruesa. Al eliminarse esta cascara se eliminaron muchos nutrientes, pero también se hizo necesario el uso de pesticidas tóxicos para combatir los insectos y las enfermedades que dañan el trigo.
La cascara de la espelta es dura, como ya mencionamos, lo que le ayuda a soportar climas duros y algunas enfermedades. Esta cualidad elimina la necesidad de usar pesticidas o fungicidas. Otra cualidad importante de este grano antiguo es que el mismo crece en terrenos difíciles sin necesidad de fertilizantes.
Valor nutricional de la harina de espelta
Conforme a datos suministrados por los laboratorios Innoagral de la Universidad Pablo Olavide, los cuales fueron interpretados por Ricardo Estevez, quien es miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, por cada 100 gramos de espelta, encontramos el % sobre CDR de las siguientes vitaminas y minerales:
- Vitaminas
- B1 o tiamina – 26,36%
- B3 o niacina – 26,31%
- B6 – 30,71%
- B9 – 14,70%
- Vitamina E – 11,08%
- Minerales
- Fósforo – 51,12%
- Hierro – 22,68%
- Magnesio – 15,86%
- Manganeso – 130,41%
- Potasio – 20,22%
- Zinc – 31,37%
Todos estos minerales y vitaminas son de gran ayuda para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Por lo que te recomendamos añadir la harina de espelta a tu dieta diaria en sustitución del trigo. Así podrás gozar de una vida cada vez más saludable sin despedirte de lo que más te gusta.