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Tener una alimentación saludable es el objetivo de muchas personas, después de un periodo de descanso, feriados o vacaciones. Sin embargo, para la gran mayoría se vuelve complicado al retornar al mundo laboral. Las intensas jornadas de trabajo y la falta de tiempo para cocinar se han convertido en las principales causas que interfieren en la necesidad de alimentarse adecuadamente.
Cuidar la alimentación en el trabajo es clave para el bienestar de cualquier persona, lo que se traduce en más productividad y eficiencia en el entorno de trabajo.
¿Cómo influye la alimentación en el trabajo?
Con jornadas laborales de 8 a 10 horas diarias, la mayor parte del tiempo nos encontramos en el trabajo, lo cual fomenta comer más fuera de casa que dentro de ella. Dependiendo del caso, hay personas que deciden llevar su comida, y otras que, en los tiempos de descanso, hacen una parada para almorzar o merendar en un puesto de comida cercano.
Comer en la calle incentiva a cualquier persona a alimentarse con cualquier tipo de comida, cargada de azúcares y grasas saturadas, como la comida chatarra. Esto también motivado por la necesidad de gastar poco dinero, lo cual nos genera la siguiente duda: ¿Cuáles son los efectos de una mala alimentación en el lugar de trabajo?
Tener una mala alimentación, al mediano y largo plazo, causa y genera problemas que pueden perjudicar el rendimiento dentro del entorno laboral. Consecuencias como el absentismo laboral y baja o poca productividad son algunas que pueden afectar internamente a una empresa y sus procesos internos, y con ello el cumplimiento de los objetivos propuestos.
Los beneficios de introducir hábitos saludables en el trabajo
Promover y ofrecer una alimentación saludable en el lugar de trabajo tiene beneficios tanto para empleados como empleadores:
- Mayor productividad: Los empleados bien alimentados tienden a ser más productivos y resilientes frente al estrés laboral. Una dieta adecuada proporciona más energía, mejor capacidad de concentración, mejora de la creatividad para la resolución de problemas y mayor eficiencia en todos los aspectos.
- Menor absentismo: Una dieta adecuada fortalece el sistema inmunológico, reduciendo enfermedades comunes y, con ello, el absentismo. Un empleado que se ausenta por enfermedad o mala condición de salud puede generar problemas internos en una empresa al estar menos tiempo presente por dichos problemas.
- Clima laboral positivo: Fomentar hábitos saludables genera un ambiente de cuidado y colaboración, consiguiendo así un impacto positivo en el entorno, lo que mejora el estado de ánimo, el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia e identidad con la empresa.
¿Qué puede hacer una empresa para garantizar una dieta saludable en el trabajo?
Los empleados son el activo y el motor interno de cualquier empresa, por ello la importancia de cuidarlos tanto para el bienestar individual como colectivo en las organizaciones. Invertir en la salud de los empleados es invertir en el futuro de la empresa. Algunas medidas que se pueden adoptar para mejorar la alimentación en el trabajo son las siguientes:
- Buscar y contratar proveedores de fruta para empresas y oficinas, con el fin de tener merienda saludable disponible en el lugar de trabajo.
- Tener un espacio propicio con utensilios de cocina, como neveras o microondas, para que los empleados puedan llevar su comida de casa.
- Realizar conversatorios y charlas sobre la alimentación saludable y cómo esta impacta en el rendimiento laboral.
- Ofrecer asesoramiento nutricional de forma particular.
En conclusión, tener propuestas de alimentación saludable puede marcar la diferencia en tu empresa, generando un entorno positivo donde se mejora la productividad, el trabajo en equipo y el bienestar general.